A las 9.00h. de la mañana, David y yo salimos pitando para allí. Un breve paseo por la zona (se estaba de lujo, sin viento y con solete), y nos avisan unos colegas "está aquí". Aquerenciado en una zona concreta del parque, ofreció a todos los que íbamos llegando un espectáculo brutal.
Siempre sueñas con ver estas especies míticas (aunque parecen imposibles), pero nunca piensas que las vas a disfrutar de esa manera.
Siempre me imaginé a un Thrush de este género en lo más recóndito de un arbusto repleto de ramas y donde la luz, apenas llega....
A nuestro pequeño amigo le faltó venirse de cañas con nosotros.
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