Una temperatura ideal y sin viento, hicieron posible una mañana deliciosa en compañía de algunos colegas que por allí se acercaron.
Espátulas, garzas, limícolas y demás aves dedicaban la mañana a conseguir proteínas, algunos para seguir con sus tareas reproductoras y otras para acumular grasa para continuar su ruta migratoria a las zonas de cría.
Conté varias veces las Limosa lapponica [agujas colipintas] (me salieron 140), una de ellas anillada en Países Bajos. Dos parejas de Anas querquedula (Cerceta carrerona), y un buen grupo de limícolas pequeños. Por allí paso la pescadora (Pandion haliaetus) a buscar el desayuno. Dos milanos negros (Milvus migrans) carroñeaban algún cadáver en una orilla, mientras que el aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) campeaba sobre el Carrizal.
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